viernes, 23 de octubre de 2020

Polestar, la marca que se atreve a jugar al "corre que te pillo" con el mismísimo Tesla Polestar sabe que no puede jugárselo todo a la carta de la tecnología y por eso pretende en erigirse en una suerte de estrella polar para el ramo automovilístico en el ámbito de la sostenibilidad.

Polestar, la marca de vehículos eléctricos de Volvo, quiere ser pionera en el ámbito de la sostenibilidad en el ramo automovilístico. Y lo cierto es que las cosas no pitan mal para la joven compañía, si bien Polestar tiene un durísimo hueso de roer frente a sí: Tesla. Por lo pronto Polestar puede presumir de haber vendido en su Suecia natal diez veces más automóviles eléctricos que Tesla. Y en la filial de la compañía en Düsseldorf (Alemania) el tiempo de espera para una prueba de conducción es actualmente de cuatro semanas. Es todavía pronto para saber si Polestar tiene potencial suficiente para conquistar el corazón de más clientes más allá de los "early adopters", pero ya ha conseguido algo donde la mayor parte de fabricantes automovilísticos han fracaso estrepitosamente hasta la fecha: generar verdadero entusiasmo en torno a una alternativa al todopoderoso Tesla. Para convertirse en mucho más que una promesa en la industria de la automoción (y alcanzar cifras de ventas de al menos cinco dígitos), Polestar sabe que no puede jugárselo todo a la carta de la tecnología y por eso pretende en erigirse en una suerte de estrella polar para su ramo actividad en el ámbito de la sostenibilidad. "Si no aprovechamos la oportunidad que tenemos actualmente frente a nosotros para tomar un nuevo camino y luchar contra el cambio climático, no habrá otra generación que pueda preocuparse por ello", enfatiza Thomas Ingenlath, CEO de Polestar, en declaraciones a Horizont. La sostenibilidad, el combustible que hace rugir los motores de Polestar ¿La receta secreta de Polestar para respetar (de verdad) el medio ambiente? La propulsión eléctrica. "Todos los productos contaminan y los coches eléctricos no son una excepción a la norma. Un automóvil con un motor interno de combustión nunca será neutral en el plano climático. Pero con la propulsión eléctrica podemos lograr este objetivo", dice Ingenlath. La cuestión es si este enfoque sostenible ayudará realmente a Polestar a comercializar vehículos que no dejan de tener un marcado acento deportivo. Ingenlath tiene en todo caso el convencimiento que la sostenibilidad es un plus añadido al posicionamiento de la marca. El epítome de la sostenibilidad para Polestar es el modelo Precept que, fabricado con un buen número materiales reciclados, no se comenzará a producirse, no obstante, hasta 2023. Ingenlath cree que la industria automovilística debería apostar mucho más de lo que hace en la actualidad por la sostenibilidad, siguiendo así la estela de sectores como la alimentación y la moda, que ya han implementado con éxito un buen número de cambios en este segmento. "¿Por qué no debería sumarse la industria automovilística a esta tendencia? Es hora de que nuestro sector vuelva ser de nuevo realmente inspirador. Nuestra respuesta a la crisis debe ser una estrategia enfocada a la neutralidad climática", enfatiza. La sostenibilidad no es, de todos modos, la única baza de Polestar, también lo es su software, basado en Android, que se lo pone mucho más fácil a sus clientes a la hora de familiarizarse con su sistema de navegación (que es, por ejemplo, muchísimo más complejo en Tesla). Sin embargo, pese a su facilidad de uso, el software de los vehículos de Polestar presenta también no pocos defectos en algunos tests. Desde el punto de vista del software, tan importante o más que el hardware en el actual industria automovilística, Polestar parece tener aún mucho que envidiar a Tesla.
    

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